AGUAS BLANCAS
El 28 de junio de 1995 un grupo
de 40 campesinos, integrantes de la Organización Campesina de la
Sierra del Sur, salieron muy temprano de sus viviendas para trasladarse en
cinco camionetas de carga al mitin de su agrupación, a varios kilómetros, y en
el que pedirían al gobierno la presentación con vida de uno de sus miembros
detenido.
Sin embargo, cuando circulaban por el vado de Aguas
Blancas, comunidad perteneciente a Coyuca de Benítez, municipio colindante
con Acapulco, un grupo de al menos 400 policías —de las extintas corporaciones
Judiciales y Motorizada— ya los esperaban para emboscarlos.
El resultado fue 17 campesinos muertos y 23 heridos, la mayoría
de gravedad.
Los miembros de esa organización campesina afirmaron que los
policías que cometieron ese genocidio (como lo llamó la Comisión
Nacional de Derechos Humanos) iban al mando del mayor Manuel Moreno González,
quien pretendía evitar su llegada al palacio municipal en Atoyac,
municipio de la región de la Costa Grande.
De acuerdo con informes de la CNDH, el propio ex
gobernador Rubén Figueroa sabía que se llevaría cabo ese mitin por lo
que tomó las medidas necesarias.
En ese hecho, ocurrido en 1998, murieron 11 campesinos a manos
de efectivos del Ejército Mexicanos, quienes buscaban en el lugar a integrantes
de la guerrilla al sur de México.
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