ASESINADOS

Los asesinatos de Luis Donaldo Colosio, José Francisco Ruiz Massieu y el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo “son emblemáticos de una situación extrema La sociedad reacciona, se irrita, tiene que aprender; somos nosotros y tenemos que asumir nuestros compromisos cívicos y, desde luego, el gobierno tiene el compromiso de cumplir con una de sus funciones esenciales: administrar justicia, que no es otra cosa que ejercer lícitamente el poder, la fuerza que le es conferida por la vía democrática”

Esos tres crímenes, dice Ignacio Ovalle, diputado federal, secretario técnico del Consejo Político Nacional del PRI, cuyo nombre fue citado en el curso del proceso judicial contra los presuntos asesinos de Ruiz Massieu— ocurrieron en un clima de patología social a la que se llegó por muchos caminos, pero sobre todo por uno: el “del sentido patrimonialista, que se ha dado en llamar endógeno, de la política Es decir, el creer que a través de pequeños cotos de poder pueden exculparse faltas o puede prolongarse el ejercicio del mismo”Así, preocupado además por construir puentes y administrar empresas y bancos, el gobierno abdicó de una de sus funciones primarias: administrar justicia y garantizar seguridad a los gobernados La sociedad se volvió incrédula y se acostumbró a pensar que la impunidad sería nuestra eterna compañera de viaje “Creo que quienes cometieron estos crímenes pensaron que nunca serían alcanzados por la justicia No sé quiénes sean, pero creo, como muchos otros mexicanos, que la justicia sí los va alcanzar”Ovalle —en su juventud secretario privado del presidente Luis Echeverría— reflexiona, explica: De manera gradual, en México, el gobierno vino sintiendo una especie de mala conciencia o inseguridad en la toma de decisiones y para hacerlas valer Cuando quien tiene el poder duda en el cumplimiento de sus atribuciones y en lugar de apegarse estrictamente a la ley busca caminos alternativos, sin necesidad de modificar la ley, se va creando de manera imperceptible la posibilidad o la creencia de que todo es posible Cualquier apartamiento del derecho abona ese terreno resbaloso.